[ ā¦] Como tiempo, el Renacimiento va desde (las bisagras) Dante Alighieri y GiottoĀ di Bondone hasta el siglo xviii, aunque esto, todavĆa, es motivo de discusión. El vaĀ y el hasta, ademĆ”s, se aplica al espacio geogrĆ”fico donde tuvo lugar y en dondeĀ produjo sus frutos: Italia, Alemania, EspaƱa, Francia, Inglaterra, BĆ©lgica, Suiza,Ā Holanda, Polonia, Rusia, y de algunos de estos, mezclado con el Gótico, por ponerĀ un ejemplo de mezcla, a otros espacios del globo.Y lo renacentista⦠¿En quĆ© consiste dicho carĆ”cter del espĆritu humano al queĀ podemos llamar renacentista , Āæen quĆ© consiste ser renacentista? SerĆa una petulancia dar una definición terminada en un texto tan breve como este, pero sĆ menciono algunos de los aspectos, propiedades o atributos de la unidad llamada serĀ renacentista, espĆritu renacentista: para mĆ es inalienable la bĆŗsqueda de totalidadĀ del conocimiento, la procura de armonĆa del saber cientĆfico, con el artĆstico y elĀ prĆ”ctico; tambiĆ©n, el amor a la belleza formal y a la belleza viva que son redivivasĀ en el arte, la literatura, la ciencia, la arquitectura y la ingenierĆa, y de aquĆ susĀ visitaciones al cultivo de las ideas en las Grecia y Roma clĆ”sicas (visitaciones queĀ son revisitaciones, pues antes las iniciaron los hombres de la Edad Media); asimismo, la elevación y centralidad del ser humano en tanto que creador, que es unaĀ forma de divinización, gracias a la correspondencia entre microcosmos y macrocosmos, entre el hombre y el universo āaunque podrĆa verse tambiĆ©n por la otraĀ dirección: la humanización de lo sublime, de lo divino. En lo que se puede descubrir una de las influencias que el Renacimiento tuvo en el artista romĆ”nticoĀ William Blakeā. De esta Ćŗltima caracterĆstica de lo renacentista deriva otra: la fe,Ā la esperanza o la confianza en poder llevar a cabo, con el suficiente trabajo,Ā cualquier empresa del conocimiento lógico, estĆ©tico y prĆ”ctico.[ ā¦] [ A]sĆ como decimos que somos romĆ”nticos cuando nuestra voluntad esĀ imaginal, inventiva, tentadora, metafĆsica, exaltada, intensa, reflexiva y autoconsciente hasta lo metapsicológico, asĆ, anĆ”logamente, Āæpodemos afirmar que somosĀ renacentistas cuando somos racionalmente universales , Āæo cuando amamos laĀ belleza arquetipal que cobra vida en las obras , Āæo cuando nos hacemos alumnos deĀ los clĆ”sicos griegos y romanos , Āæo al encarnar a Dios āmuchos romĆ”nticos dirĆanĀ al encarnar al Genioā? No responderĆ© por el lector, pero sĆ por mĆ: la respuesta esĀ sĆ, en esos temperamentos somos renacentistas.Del Prólogo de AndrĆ©s Felipe López López