"Grandin (The Autistic Brain), a professor of animal sciences at Colorado State University, delivers an insightful and pragmatic guide to helping autistic children thrive. Grandin, who is autistic, recalls how an early education program markedly improved her speech skills as a childbefore that, shed sometimes resort to screaming to communicateand draws on that experience to advocate for an early-intervention, child-centered approach to education. For example, she explains that while nonverbal children between ages two and five require 1020 hours per week of one-on-one speech and behavioral instruction, it can come from a professional or a capable family member; whats important are progress markers such as reduced impulsivity and improved speech. Elsewhere, she recommends zeroing in on and cultivating the childs individual strengths rather than focusing on deficits. In considering the wide autism spectrum, with members rang[ ing] from computer scientists to individuals who will never live independently, Grandin stresses its vital not to overvalue the autism label, as it can prove limiting and imprecise. The authors pinpoint guiding principles (high expectations yield results) and brass-tacks recommendations (strategies for teaching turn-taking or mastering basic life skills) combine to create a program thats thoughtful and comprehensive, but not overwhelming. For educators or parents of autistic children, this will be a valuable resource." - Publisher's Weekly"Grandin (The Autistic Brain), profesor de ciencias animales en la Universidad Estatal de Colorado, ofrece una guķa perspicaz y pragmįtica para ayudar a los nińos autistas a prosperar. Grandin, que es autista, recuerda cómo un programa de educación temprana mejoró notablemente sus habilidades del habla cuando era nińa (antes de eso, a veces recurrķa a los gritos para comunicarse) y se basa en esa experiencia para abogar por una intervención temprana centrada en el nińo. enfoque de la educación. Por ejemplo, explica que si bien los nińos no verbales de entre dos y cinco ańos requieren de 10 a 20 horas semanales de instrucción individualizada del habla y del comportamiento, ésta puede provenir de un profesional o de un miembro capaz de la familia; lo importante son los marcadores de progreso, como la reducción de la impulsividad y la mejora del habla. En otros lugares, recomienda concentrarse y cultivar las fortalezas individuales del nińo en lugar de centrarse en sus déficits. Al considerar el amplio espectro del autismo, con miembros que van desde cientķficos informįticos hasta individuos que nunca vivirįn de forma independiente, Grandin enfatiza que es vital no sobrevalorar la etiqueta de autismo, ya que puede resultar limitante e imprecisa. Los precisos principios rectores del autor (las altas expectativas producen resultados) y las recomendaciones detalladas (estrategias para enseńar a tomar turnos o dominar habilidades bįsicas para la vida) se combinan para crear un programa que es reflexivo y completo, pero no abrumador. Para educadores o padres de nińos autistas, este serį un recurso valioso." - Publisher's Weekly